viernes, 26 de agosto de 2011

Estimulación sensorial (Visión)

APRENDER A VER

Desarrollo de la eficiencia  en el funcionamiento visual.



La eficiencia visual puede definirse como el grado o nivel en que la visión es aprovechable por la persona para obtener información.

            En el niño con visión normal el desarrollo de la eficiencia visual se logra normalmente de una forma natural y espontánea. El niño va mirando paulatinamente con mayor sistematicidad, va perfeccionando la capacidad de concentrar su atención ante un sinfín de oportunidades. Un niño con alteraciones graves de la visión va a tener escasas o nulas posibilidades de recoger información incidentalmente a través del sentido de la vista y precisa de una secuencia ordenada de experiencias visuales.

            Los programas de estimulación visual están diseñados para ayudar a los niños con deficiencias visuales graves a encontrar sentido a lo que ven, a saber interpretar las sensaciones que perciben.

            Una adecuada estimulación, la experiencia previa, la motivación a ver, el cultivo de la atención, las necesidades que le van a surgir y el aprendizaje harán que las capacidades visuales innatas se realicen y se perfeccionen; para que esto ocurra se necesitará de un guía y de una planificación.


La estimulación visual como proceso de eficiencia de la percepción.

            En el proceso de percepción hay que tener en cuenta todo el conjunto que forma el sistema visual. El ojo es solo una parte de ese sistema. A este órgano pueden faltarle estructuras, puede tener impedimentos en alguna parte de él o quizás puede recoger mensajes muy débiles o distorsionados. A pesar de estos factores negativos, cuando encuentra luz que estimule las células de la retina, aunque sean en escaso número, algún tipo de información puede ser enviada al cerebro

            La estructura fisiológica del ojo facilita o impide que los rayos de la luz lleguen a las células retinianas. La localización y la amplitud de las células activadas ayudan a determinar la fuerza de la energía que es enviada por el nervio óptico al cerebro, donde el sujeto interpreta las cargas eléctricas como información visual y se relacionan con los mensajes recibidos de los otros sentidos.

            El niño deficiente visual grave que nunca ha sido estimulado, que no ha sido puesto en la situación de “ mirar “ con el propósito de hacer discriminaciones, posiblemente tenga percepciones visuales que son borrosas y los objetos aparecerán como masas vagas. La constante investigación con el ojo permite al niño enfocar sobre los detalles para que lo que mira comience a resaltar del fondo y la “ mancha ” o “ borrón “ tome una forma o contorno específico. Cuando se produce una interpretación cerebral de las imágenes visuales que nos llegan es cuando podemos hablar de percepción visual. Este proceso no solo va a favorecer el comportamiento visual sino también existe una mejoría a nivel fisiológico.


La estimulación visual en el marco del desarrollo.

            La estimulación visual como un aspecto más del desarrollo del niño, y paralelamente a esto, el niño funcionará visualmente mejor cuanto más competente sea el resto de las demás áreas de desarrollo.

            El proceso estimulador debe hacerse en los primeros años de la vida, cuando aún el desarrollo de la percepción no se ha completado

De un entorno de estimulación sensorial obtendremos resultados positivos en todos los casos y no sólo en los propios de discapacidad psíquica -aunque son los más agradecidos- sino también en visuales, personas mayores, afectados de Alzheimer, con problemas de estrés, entre otras.


              

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